sábado, 2 de octubre de 2010

EL CAUDILLISMO MILITAR PERUANO ENTRE 1827 Y 1836

Concluido el proceso de independencia, se planteó el problema de quiénes debían asumir la dirección de los destinos del país. La élite criolla, la llamada a tomar el control del país, no se encontraba preparada para asumir tal responsabilidad debido a la inexperiencia en asuntos de gobierno de la mayoría de sus miembros, quienes habían estado acostumbrados a depender del gobierno colonial español; asimismo nuestras élites criollas estaban muy desprestigiadas ante la población debido a su posición fidelista durante el proceso de independencia. Debido a ello casi de inmediato, quedó descartada la posibilidad que las élites criollas se hicieran cargo del gobierno. Esto provocó un peligroso vació de poder,  el cual tuvo que ser cubierto por los caudillos militares que habían participado en las guerras de independencia, y que se sentían con derecho a gobernar el Perú. Es así que los militares asumen el control del país iniciándose el llamado Primer Militarismo.



El antropólogo Wilder Calla, señala que “el paso de la Colonia a la República, produjo ciertos cambios significativos, pero también continuidades que representaron en la sociedad, lo que Contreras llama la “Herencia Colonial” y que en la esfera social fue más notoria, ya que las estructuras mentales edificadas durante casi tres siglos de régimen Virreinal, no pudieron cambiar tan rápidamente en toda la población de este nuevo estado incipiente, tomando en cuenta que, aspectos como la esclavitud, el racismo, la marginación y subordinación a escalas diferenciadas dentro de nuestra organización, reflejaba un país donde la “superioridad racial” servía como pretexto para legitimar simbólicamente el poder de uno sobre el otro”.

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